martes, 20 de marzo de 2012

LA BRECHA ENTRE AMERICA LATINA Y ESTADOS UNIDOS


La brecha entre América Latina y Estados Unidos, compilado por Francis Fukuyama, reúne los trabajos de reconocidos académicos, en los cuales se analizan las causas del atraso de América Latina. Esos trabajos fueron presentados y debatidos en un seminario internacional realizado en Buenos Aires en noviembre de 2005, organizado por la Universidad Torcuato Di Tella, de Argentina, y la Fundación Grupo Mayan.
¿Cómo y cuándo se produjo la brecha en el desempeño económico entre América Latina y Estados Unidos? ¿Por qué nuestras naciones, a diferencia de las de Asia del Este, no pudieron superar dicha brecha? ¿Qué es posible hacer para cerrarla?
Historiadores, politólogos y economistas analizan estos interrogantes desde las perspectivas histórica, política e institucional. De este modo, Tulio Halperin Donghi recapitula dos siglos de reflexiones sudamericanas acerca de la brecha; Enrique Krauze analiza el complejo sentimiento colectivo entre México y Estados Unidos, y Jorge I. Domínguez se centra en el desarrollo ocurrido a partir de 1950. Adam Przeworski y Carolina Curvale explican de qué modo el poder de las elites y la desigualdad económica favorecieron un crecimiento sostenido pero inestable y, por lo tanto, ineficaz. Riordan Roett y Francisco E. González estudian el papel de la política de alto riesgo, el desafío de crear un "Estado inteligente" y la negociación de un contrato social entre gobernantes y gobernados. James A. Robinson sostiene que son las instituciones latinoamericanas las determinantes de la situación económica. Francis Fukuyama se pregunta si las fallas institucionales pueden explicar la brecha en el desarrollo económico entre América Latina y Estados Unidos. Finalmente, Natalio R. Botana examina el problema de la ciudadanía fiscal en la Argentina.
¿Cuáles son los factores primordiales del rezago latinoamericano? Los autores coinciden en que no lo son la geografía ni la cultura, y tampoco las influencias externas -en especial la de Estados Unidos-, sino la política, las instituciones y la estructura social. "Hay, pues -afirma Fukuyama- motivos para albergar esperanzas en cuanto a que la historia de la brecha será escrita por la próxima generación de un modo distinto que en el pasado".

lunes, 19 de marzo de 2012

EL MODELO SILICON VALLEY





Silicon Valley o Valle del Silicio es el nombre de la zona sur del área de la Bahía de San Francisco, en el norte de California (Estados UNidos). Con un radio aproximado de 50 km. se sitúa en el Condado de Santa Clara, a 48 km. al sur de San Francisco, entre Stanford y San José.
Su popularidad se debe a que es el espacio de innovación más emblemático de todo el mundo ya que allí se encuentran instaladas la mayoría de las empresas que desarrollan productos para la tecnología informática.
Silicon Valley se convirtió en un medio de innovación sin precedentes debido a la convergencia de varios factores: un gran mercado de expertos ingenieros y científicos de las principales Universidades de la zona, un financiamiento generoso y un mercado asegurado por parte del departamento de Defensa y en la primera etapa el liderazgo institucional de la Universidad de Stanford.
La denominadas Olas de Innovación en el Silicon Valley han sido la clave de ese logro. Han sido cuatro hasta el momento: Durante la década de los años 60 fueron los circuitos integrados, en los 70 las PCs, en los 80 el software; e internet desde los 90 hasta mediados del año 2000. En la actualidad se está produciendo un debate en el propio Valley sobre cuál será la próxima ola de innovación. Según los expertos, la corriente dominante apunta en la convergencia de tres ámbitos: el de las tecnologías de la innovación, el de la biotecnología y el de la nanotecnología.
La ubicación de las industrias de alta tecnología en el valle fue debida en gran medida a dos hombres, William Shockley y Frederick Terman.
Terman, profesor de la Universidad de Stanford, consideró que una amplia zona sin utilizar de la tierra de la universidad sería perfecta para el desarrollo inmobiliario y estableció un programa para incentiva a los estidiantes a quedarse allí. Entre ellos logró convencer a dos estudiantes clave: William Hewlett y David Packard. Terman apoyo personalmente a sus dos estudiantes doctorales para crear una empresa electrónica en 1938.
Hewlett-Packard llegaría a convertirse en una de las primeras firmas tecnológicas que no estaban directamente relacionadas con la NASA o la Marina Estadounidense.
A partir de allí el valle comenzó a expandirse y quedarse sin espacio libre y las nuevas firmas electrónicas comenzaron a localizarse a lo largo de la autopista 101 hacia San Jose.
A comienzos de los 70 toda la zona estaba llena de compañías de semiconductores, que abastecían a las compañías de ordenadores abasteciendo estas dos a su vez a las de programación y servicios.
Por la propia dinámica del modelo, éste siguió atrayendo a las mentes más brillantes de todo el munda. En la década de los 90 empezaron a asentarse compañías japonesas, taiwanesas, coreanas, indias y europeas.
Silicon Valley demuestra el triunfo del capitalismo occidental, en cuanto a economía y desarrollo se refiere, siendo ésta una de las regiones más prósperas del Estado de California.

INDUSTRIA MAQUILADORA DE EXPORTACION EN MEXICO

"Se utiliza el término maquiladora para distinguir a la unidad de producción que importa, en forma temporal y libre de aranceles, materias primas, componentes y bienes de capital, y termina y ensambla productos, los cuales se deben reexportar al país de origen o a un tercero".
La industria manufacturera exportadora constituye el eje del desarrollo económico mexicano desde fines de los años 80, y la industria maquiladora de exportación constituye su sector más dinámico.
Esto se debe a estrategias empresariales en busca de regiones con menores costos para acceder a los mercados externos.
Las maquiladoras, localizadas en la frontera norte, se establecen ahí por su cercanía a Estados Unidos, lo que implica la cercanía con proveedore y clientes. Regiones como Baja California y Coahuila resultan relativamente beneficiadas no solo por su localización estratégica, sino por contar con excelentes redes de comunicaciones, puentes internacionales, con acceso a puertos marítimos y aeropuertos con enlaces internacionales de gran importacia, aunque en los últimos años en las regiones ubicadas en el interior del país se han instalado maquiladoreas debido a los bajos costos de mano de obra y bajos aranceles.
Los beneficios que el gobierno mexicano ha esperado de las maquiladoras han sido la generación de divisas y empleos, razones suficientes para favorecer la función de esta industria como factor de impulso al desarrollo regional, incrementando por un lado, su vinculación con el resto de la actividad económica nacional, y por oro, rescatando su presencia como mecanismo introductor y promotor de desarrollo e innovación tecnológica (técnicas y conocimientos, integrando tecnología a la industria nacional y capacitando a la mano de obra.
En cuanto a la actividad económica que desempeñan, el sector maquilador se destacan aquellas que se dedican a la fabricación de carrocerías, partes y accesorios para automóviles, fabricación de partes para equipo de comunicaciones, ensamble y reparación de motores no eléctricos; textiles, prendas de vestir e industria del cuero, productos alimenticios, bebidas y tabaco; productos metálicos, maquinaria y equipo y otras industrias manufactureras.
En la maquila de exportación predominan los establecimientos de propiedad extranjera; la mayoría son ensambladoras y los insumos son importados de Estados Unidos la mayor parte. En cuanto a la utilización del equipo, el proceso se realiza por medio de herramientas manuales, lo que induca un bajo nivel tecnológico en la mayoría de las empresas y una mano de obra poco calificada con predominio de mujeres. 

jueves, 9 de febrero de 2012

MERCOSUR: CRISIS ECONOMICA O CRISIS DE LA INTEGRACION

El MERCOSUR ha sido en una experiencia de integración regional exitosa para los estándares de los países en desarrollo y ha ayudado a los países miembros a adquirir una visibilidad y un papel internacional más activo de los que hubieran sido posibles si cada uno hubiera actuado aisladamente.
Así como los éxitos del MERCOSUR son innegables, tampoco puede ocultarse que el proceso de integración regional atraviersa por una profunda crisis que ha erosionado su credibilidad.
La frustración de las expectativas que estaban en la base de la transacción original y el fracaso de la política por encontrar fórmulas que permitieran reconstruir una matríz de intereses comunes están en la base de la crisis por la que atraviesa el MERCOSUR desde hace ya varios años.
Desde un principio las motivaciones de cada uno de los gobiernos difirieron sensiblemente, mientras que la participación brasileña en el MERCOSUR ha estado motivada más por consideraciones estratégicas de negociación internacional que por razones puramente comerciales de alcance regional. En cambio, para el resto de los miembros (especialmente para la Argentina y Uruguay) las consideraciones comerciales siempre tuvieron una importancia mayor, en parte debido a las diferencias de tamaño relativo.
Para Brasil, la asociación con los restantes miembros y especialmente con la Argentina, no trajo los resultados esperados en términos de fortalecimiento de la capacidad de proyectar sus intereses en el ámbito internacional; los socios menores, por su parte, también resintieron la reticencia brasileña a limitar la discrecionalidad en el manejo de los instrumentos de política comercial o de esímulo a la inversión. Brasil ha mostrado varios ejemplos de unilateralismo.
Para resolver estos problemas y recuperar la credibilidad internacional, la primera prioridad, es la de restablecer un sentido de interés común que deberá incluir acciones concretas, limitadas y focalizadas. Estas acciones suponen la decisión política de consolidar el proceso de integración regional e introducir ajustes para responder a las deficiencias percibidas en el contexto de un proceso de aprendizaje y reconstrucción del compromiso.

EL TLCAN: LUCES Y SOMBRAS PARA MEXICO

México, Estados Unidos y Canadá pusieron en marcha hace más de diez años el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o NAFTA (sus siglas en inglés) . El objetivo para el gobierno mejicano era incertar a la economía mexicana en una trayectaria no inflacionaria con crecimiento fundamentado en las exportaciones de productos no petroleros, principalmente hacia Estados Unidos. La rápida expansión del sector manufacturero mexicano, que supuestamente ocurriría impulsada por las exportaciones de productos intensivos en mano de obra, conduciría al resto de la economía a una trayectoria de alto y sostenido crecimiento.
El tratado entró en vigor el primero de enero de 1994 con el compromiso de eliminar progresivamente, a lo largo de los diez años siguientes, las tasas arancelarias, las barreras no arancelarias al comercio intra-regional y las restricciones sobre la entrada de la IED.
El TLCAN y las reformas macroeconómicas (libreralización comercial y reducción de la intervención estatal en la economía) en la cuales éste se inserta, no han sido ni la "panacea" ni el desastre previsto por algunos de sus opositores.
En los años del TCL las exportaciones totales mexicanas se han triplicado al pasar de 52.000 millones de dólares en 1993 a 161.000 millones en el 2002. De déficil crónico en balanza comercial con Estados Unidos, a partir del tratado México ha tenido superávit crecientes de hasta 37.000 millones de dólares.
Existe, por otra parte, un clamor de renegociar el capítulo agropecuario, por el impacto negativo que ha tenido en el campo. El TLCAN establece que se liberará el comercio agrícola para los últimos cuatro productos (azúcar, frijol, maíz y leche en polvo) y debido a que son cultivos muy sensibles para México, los legisladores realizaron un foro donde se revive la intención de solicitar la renegociación.

miércoles, 8 de febrero de 2012

TLCAN: GANADORES Y PERDEDORES

México, desde su nacimiento como nación independiente debió sufrir el poder económico de la nación capitalista más fuerte del mundo. Esto le obligó, alternativamente a aliarse, o a combatir las consecuencias de este hecho; en realidad no le cupo otra posibilidad, casi siempre, que la de adaptarse.
México siempre fue soberano en la político, sin embargo en su economía prácticamente no lo fue nunca.
A partir de 1983, comienza un proceso de liberalización de su economía dirigida hacia el mercado mundial, intentando a través de la sustitución del sistema de permisos de importación por el de aranceles más bajos, el crecimiento y diversificación de exportaciones y una mayor competitividad productiva.
La apertura comercial de México y los convenios firmados no aportaron, sin embargo, ni la diversificación, ni la reciprocidad esperada con Estados Unidos, que en vez de continuar la liberalización de la economía respecto de México, aumentaba sus barreras arancelarias. Las medidas adoptadas por México si hubiesen tenido reciprocidad habrían sido más que suficientes.
México necesita desarrollar y transformar un sector externo de bienes primarios, hasta ahora deprimido pero, quizás lo más importante, requiere también reestructurar profundamente su esquema de reproducción interno liderado por una burguesía parasitaria del Estado, sin iniciativas, y que mantiene grandes tasas de ganancia a costa de la mayoría de la población.
Las desventajas del acuerdo radican en la pérdida del mercado interno sin recuperación del externo; perjuicio para la pequeña y mediana industria; maquilación de la economía nacional y, como consecuencia mantención de la miseria y aumento aún mayor de la inequidad.