jueves, 23 de junio de 2011

Biodiversidad

Las ecorregiones son áreas geográficas caracterizadas por poseer las mismas condiciones climáticas, edáficas, hidrológicas, florísticas y faunísticas, en estrecha interdependencia, perfectamente delimitables, distinguibles de otra, y de utilidad práctica.
El reconocimiento de ecorregiones tiene importancia desde el punto de vista científico y también práctico. La importancia se traduce en:
La planificación para la conservación de áreas naturales de especial importancia.
La planificación del ecodesarrollo por regiones, con conocimientos de los factores ecológicos favorables y limitantes.
El conocimiento de las especies nativas de importancia económica y su promoción.
Toma de decisiones para prevenir la destrucción de paisajes.
Prevenir el exterminio de las especies de flora y fauna endémicas o raras.

El aprovechamiento humano del suelo afecta las funciones del ecosistema, la diversidad biológica, la calidad y la cantidad del agua, y el clima. Las alteraciones más importantes de la cobertura natural del suelo a manos del ser humano son los cambios generalizados que han reducido y perturbado las áreas forestales, los pastizales nativos y los humedales para dar paso a la agricultura, ganadería, extracción de recursos y asentamientos humanos.

Bosques
Los bosques cubren alrededor de la tercera parte de la superficie de América del Norte. La región alberga bosques de tipos muy diversos, alrededor de 45% de los cuales se clasifican como boreales, sobre todo en Canadá y Alaska. El resto son bosques templados y tropicales.
La extensión de la superficie boscosa de Canadá permanece relativamente estable, la de Estados Unidos presenta un ligero incremento y la de México muestra un descenso.
Los cambios que la presión humana ha introducido en la estructura de los ecosistemas forestales pueden hacer que los bosques sean más susceptibles a incendios, sequías, plagas de insectos y contaminación del aire, con los consecuentes daños. Por ejemplo en México, la extracción selectiva  de ciertas especies favoritas de árboles y la extensa conversión de los bosques a pastoreo alteraron ya la estructura y la composición de las tierras boscosas que aún quedan.

Agricultura

Casi la tercera parte de la superficie de América del Norte se destina a aprovechamientos agrícolas, la región produce casi 20% de los cereales del mundo y un porcentaje igual de carne.
El uso excesivo de fertilizantes y agroquímicos causa afectación ecológica y la muerte de organismos acuáticos que habitan en el fondo.
Los pastizales han sufrido modificaciones sustanciales que han transformado los ecosistemas y generado importantes pérdidas de biodiversidad, en especial de especies como aves de pastizales, el bizonte, el perrito de las praderas y el hurón de patas negras. En 2001 alrededor de 55 especies de vida silvestre de los pastizales de Estados Unidos estaban amenazados o en peligro de extinción. En México el sobrepastoreo está reduciendo la productividad de los pastizales y amenazando la biodiversidad.

Humedales

Alrededor del 10% del territorio de América del Norte está cubierto por humedales, casi el 40% de los humedales del planeta. En los últimos años, los científicos han catalogado las muchas e importantes contribuciones ecológicas de los humedales: sitios de reproducción de aves acuáticas, peces y crustáceos; áreas de captura y filtración de sedimentos y materia orgánica, para retención de agua y la mitigación de inundaciones, y barreras protectoras contra tormentas en áreas costeras.
Pantanos, ciénagas y marismas se han subvaluado como terrenos baldíos y han sido dragados para la construcción de puertos o desecados para levantar granjas, viviendas y otros desarrollos urbanos y turísticos. La conversión agrícola y el desarrollo urbano y suburbanos son la principal causa de la pérdida de humedales.

Areas urbanas

Los asentamientos y la urbanización conllevan un aumento en la construcción de superficies impermeables, que reducen la absorción de agua in situ y la recarga de los mantos subterráneos y ocasionan una mayor desviación de agua de lluvia, afectando los escurrimientos y los sistemas de aguas superficiales. La expansión de desarrollos suburbanos y rurales tiene relación con la pérdida de suelos agrícolas de primera calidad y con la fragmentación y pérdida de bosques, humedales, pastizales y otros hábitats de vida silvestre y con la consecuente pérdida de biodiversidad.

En búsqueda de soluciones al transporte, la vivienda, la energía y otras necesidades importantes las naciones han sometido al ambiente natural a presiones derivadas de la conversión del suelo y los cambios en la cobertura vegetal, al mismo tiempo, se han creado áreas protegidas para tratar de preservar especies y espacios naturales valiosos. Esto ha ayudado a limitar el alcance del impacto humano en regiones pobladas.

Calidad y cantidad del agua

Las actividades de aprovechamiento del suelo con frecuencia afectan la calidad del agua y la hidrología, la deforestación puede generar mayor vulnerabilidad a inundaciones súbitas y carga de sedimentos en los arroyos cercanos. Salinización; cambios en el caudal de agua, y cargas de sustancias química tóxicas como plaguicidas y fertilizantes producto  de la agricultura.




Este mapa muestra las áreas protegidas de América del Norte bajo manejo de autoridades nacionales, estatales, provinciales o territoriales.
Según la definición de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), un área protegida es "una superficie de tierra o mar especialmente consagrada a la protección y el mantenimiento de la diversidad biológica, así como de los recursos naturales y los recursos culturales asociados, y manejada a través de medios jurídicos u otros medios eficaces".
Este mapa muestra las áreas protegidas clasificadas de acuerdo con su objetivo de manejo según el sistema de categorías de manejo de la UICN:
1. Reserva natural estricta / Área natural silvestre bajo protección estricta (manejadas básicamente con objetivos de investigación científica o de protección de la vida silvestre)
2. Parque nacional (manejado sobre todo para la protección del ecosistema y con fines recreativos)
3. Monumento natural (manejado básicamente con el propósito de conservar características naturales específicas)

4. Área de manejo de hábitat y especies (con el propósito fundamental de conservación mediante la intervención activa con fines de manejo)
5. Paisaje terrestre o marino protegido (manejado sobre todo para la protección del paisaje terrestre o marino y para la recreación)
6. Área protegida con recursos manejados (principalmente para el uso sustentable de los ecosistemas naturales)


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