América Latina y el Caribe tienen una situación privilegiada, pues cuentan con una de las mayores riquezas naturales del planeta. En apenas el 15% de la superficie terrestre del planeta tiene la mayor diversidad de especies y de ecorregiones del mundo.
Lamentablemente, la valoración de los servicios ambientales naturales no se ha extendido a todos los ciudadanos ni a los gobiernos, en el sentido de la urgencia que requieren las acciones destinadas a frenar y revertir los fuertes impactos en la sociedad desde hace varias décadas, sobre los ecosistemas naturales.
La falta de planificación en el uso de los recursos naturales y de tecnologías y políticas apropiadas que garanticen su preservación, ha agravado el deterioro ambiental en la región, que se traduce en pérdida de biodiversidad, y en degradación de los suelos, disminución de la disponibilidad de agua dulce, cambio de los cauces de los ríos por azolvamiento y disminución de la calidad de sus aguas por contaminación y sedimentación.
América Latina y el Caribe gozan de una situación privilegiada al contar con una de las mayores riquezas naturales del planeta, por ello tienen un compromiso frente al mundo. En consecuencia, debemos incorporar al más alto nivel de prioridad la agenda de conservación, uso sostenible y restauración de la cobertura vegetal de nuestra región.
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